Yo amo mi baño. Ahí es donde voy primero al despertar, donde hago pipí, donde hay un espejo grande y amable con mi cara. Ahí donde converso secretamente, hago discursos, donde a veces me encierro a llorar, a bailar como los otros, o tan solo a encontrar el silencio, la belleza que vive en mi cuerpo, lo siento latir, palpándolo con mis manos sin prejuicios, sin palabras, mientras me baño con agua fría en una ducha de paredes grises y desgastadas por el sarro y el tiempo. Es al baño adonde voy antes de empezar el día y tener que esconderme bajo la ropa, comportarme.
El baño es un refugio. ¿Cuál es mi habitación favorita de la casa? Mi baño es frío, tiene mala ventilación, pero es allí donde me encuentro más a gusto. Es como el cuerpo, no sé porque hago esta analogía. Siento que la vida no fue hecha para hacerla en el baño. Nuestras vivencias pueden pasar en un baño, pero este solo será un testigo ajeno, mientras que el comedor, el dormitorio son parte de las historias. Pero cuando queremos hacer tiempo, un break, un descanso, vamos al baño. Ahí nos liberamos un poco del peso del mundo, y estamos nosotros mismos tirando de la cadena.
(PD: A veces tb hago caca y no siempre esta tan sucia mi ducha.)
